Cada uno tiene su “libro fetiche” , ese libro que lo lee y lo lee y no se cansa de leer, ese libro que, por mucho que cambien los tiempos, siempre te acompañara… yo también lo tengo. Mi “libro fetiche” por excelencia es ” El árbol de la Ciencia” de Pío Baroja, y es que a través de su narrativa filosófica, su autobiografía y su estilo castellano y anhelante, te envuelve desde la primera página y te hace evadirte a una españa castellana, a un Madrid de interior castizo, paleto y humano que se desenvuelve entre noches de tascas, gentes de diversa índole y condición y su aférrimo amor a la ciencia, a la vida, a la medicina que se entrelazará con los empujes que te da la vida, y las pruebas que te pone a veces para bien y otras de casualidades extrañas.
Es sin duda, uno de los mejores libros que he leído, y no me canso de leerlo…Pio Baroja sin duda, en todos sus libros, ha sabido plasmar el Madrid de aquel tiempo, el “callejeo” que nos recuerda a las noches de farra, los diferentes lados y caras de las personas.
En el Árbol de la Ciencia, en su capítulo IV mantiene un diálogo filosófico de una relevancia sin lugar a dudas, muestra la cultura, la ciencia y la idiosincracia de la sociedad que puede trasladarse a cualquier tiempo.
El árbol de la ciencia contiene las características generales que identifican el estilo de la Generación del 98, puesto que su autor, Pío Baroja, fue uno de los máximos exponentes de ese movimiento literario. Las características están presentes en toda la obra, y se ven reflejadas en varias ocasiones de una manera muy clara, como todo el pesimismo en el que se centra en la obra.
Hay algunos temas que llaman la atención acerca de estas características, como que prácticamente ninguna de las familias está unida y la mayoría de los hombres trata a las mujeres como objetos y no como personas.
Baroja manifestaba en sus memorias sobre este libro: «El árbol de la ciencia es, entre las novelas de carácter filosófico, la mejor que yo he escrito. Probablemente es el libro más acabado y completo de todos los míos»






